jueves, 15 de octubre de 2009

- Bosquejo -

... tan grande el paraíso y yo escondido en tu manzana

Sobre las playas desiertas en la ciudad que ya no canta ni baila bajo el infierno que adoran los esclavos y esclavas del sufrimiento primario que al despertar sobre los cómplices sueños embriagados por el licor de tanta hipocresía acumulada. Esos inicios acobardados por naturaleza, alejando aún más el hospedaje que sigue impaciente en busca de toda calamidad que se interpone frente al melancólico momento que desentierran todas miradas de un ayer, existentes en su presente.

El caminar que deja huellas sobre la arena, y en ellas busca la ternura y el aroma de una primavera alegre que no se ve ni se siente, que se pierde en cada minuto donde el tic tac no para de correr , aún así con el paso ligero de su bondad que contamina más todo el aire de este lugar.
Las miradas interpuestas entre si, cuando se buscan sobre el cielo de los sueños que no aparecen, que no se asoman ni por una sola ventana para dar luz, aire y razón de seguir caminando para poder darle aliento a su jazmín de aquel hermoso jardín que un día sin querer y sin pensar quedo abandonado con el intento de poder volver un día a estancarse ahí, para si poder verse entre las miradas que tanto se extrañan al momento que solo ellos, cómplices de la razón sepan perdonarse y de ahí en más seguir hasta el hospedaje final.

La luna que de pronto aparece con su luz aún tenue, donde no entiende el porqué de los hechos ni el porqué de los amaneceres que la escondieron durante mucho tiempo.
Esos ojos derrotados y húmedos que se nublan y se cierran, prohibiéndose el poder mirar otra vez el otro lado donde aún se encuentra el caudillo que lastimó, enjaulo y libero dolor sin pensar en su estado emocional donde la batalla de la vida era aún más lejana pero que con el tiempo se fue acercando, para poder así liberar el paso hacia aquel lugar, donde volvió a estar nuevamente, con otro sabor y con otro pensar de la doncella que frente a su orgullo, dolor y bronca pudo transformar nuevamente el laberinto oscuro y silencioso, donde el canto alegórico se apaga y donde la luna no se deja mirar.

'un Dios triste y envidioso nos castigo ... ' (1)

Negativas respuestas que forman el caos de la hipocresía, donde el enemigo aún de las palabras siguen siendo los hechos de ambas partes, por no querer inclinar un poco más la balanza que los guía, conduce y lleva hacía una playa con las huellas de un ayer mejoradas en el presente, tratándose así de que al mirarse a los ojos las palabras sean las verdaderas y sobre todo sentidas; porque el extrañar cada día pesa más y el dormir ya no hace poder soñar.

Los murmullos de sus voces, tiernos y con bronca a la vez, donde buscando el te quiero y el te extraño se sumerge bajo la presión de las ganas de volverse a ver, para poder sellar el caminar sobre la arena de una hermosa playa que no se siente lejos ni perdida, pero que se encuentra solo dentro de ellos mismos; para que pueda conocer y deslumbrar el lugar de donde tantas veces le escribí.

'Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan hacerse daño ... ' (2)

- Santiago -

(1) y (2) Joaquin Sabina.

1 comentario:

Negrito dijo...

Como dijiste un dia para el olvido... quedo de lujo lo que escribiste con lo de sabina...! muy bueno santi! un abrazo