
Las estrellas
posadas sobre mí
en esta noche de plegarias
mirando solo el cielo.
Se desnudan en su juego
tormentoso sentimiento
donde las fugaces pasan
lentamente y pacientes.
Una luna nace
detrás del ancho río
sobreposada entre ellas
buscando su inocencia.
Bruma desaparecida
y ahora se ve el oeste
donde me espera
para estar siempre.
Respirando aire puro
dejo de hablarle a la noche
testiga de mis lágrimas
y amiga de mis ganas.
Bajo un cielo
reposo un silencio
enjaulado y enamorado
me voy alejando.
De apoco ya corro
por todas sus calles
buscándote en el cielo
que ahora miramos los dos ...
Santiago ...
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